Por: Hna. Eyra Lezcano
Bienvenidos a este espacio; el estar navegando por internet, y el toparme con muchas cosas buenas y otras desagradables, de hombres y mujeres, el observar cómo ha aumentado el pecado (lujuria, lascivia, codicia, pornografía, pecados sexuales, entre otros), la maldad, el observar que los valores y la moral casi no existen, que están en peligro de extinción, me han orillado a escribir mis meditaciones al respecto.
Hay muchos temas referidos a la denigración de la mujer, tales como el maltrato físico o psicológico, etc., en esta oportunidad, no vengo a hablarles sobre esos tópicos, sino sobre el hecho de que mi persona ha visitado muchos perfiles, espacios, como ustedes quieran llamarlos, y en la mayoría de ellos, sobre todo en las de los varones, lo primero que he descubierto son proyecciones de mujeres desnudas o semidesnudas, con unas poses tan grotescas, tan denigrantes, que no sé con qué calificativo llamarlas, que hacen de ellas que no valgan absolutamente nada, una desnudez que está a la vista y venta pública.
Ahora, esto también denigra al hombre, porque la palabra de Di-s nos dice: “por sus frutos los conoceréis”, y, “tú eres lo que es tu corazón”, entonces ¿qué clase de hombre será aquel que le complace y es cómplice de esta denigración?, ¿De esta depravación? ¿Qué habrá en la conciencia de ese hombre, en esos pensamientos? ¿Acaso no fue engendrado en una mujer la cual es su madre? ¿Acaso no tiene esposa, hermana o hijas? ¿Familia femenina? Y eso que no nos estamos refiriendo a la pornografía, siendo ésta peor aún.
¡Cómo se ha degradado la mujer! Y aclaro que no somos todas. Yo no le veo nada atractivo el enseñar lo que Di-s dejó para que la mujer satisfaga una necesidad fisiológica, o una desnudez que sólo es para la “intimidad matrimonial” Es deprimente que algunos o algunas piensen que eso es belleza para ser exhibida ante un público morboso, sucio, corrupto, sin moral, sin amor a sus lazos familiares femeninos, sin amor al Di-s que los creó dentro del vientre de una mujer. Si Di-s vomita al que crea división entre su pueblo, ¿cómo no vomitará semejante bajeza de una criatura hecha por él? Y digo criatura porque un hombre o una mujer depravados, en estas condiciones, nunca serán hijos de Di-s.
Hoy para estar a la moda, hay que enseñar, dicen algunos, aquellos de escasa mentalidad. ¡Mujeres! Pregunto yo: ¿Acaso el hombre exhibe su cuerpo para nosotras poder enamorarnos de ellos? ¿O para atracción solamente? Ellos se guardan más que aquellas mentes enfermas y corruptas de algunas mujeres que piensan lo contrario, aunque no hay que dudar de que existirán algunos hombres de igual condición, pero esto es tema para otra ocasión, y aclaro, estoy en contra del movimiento de la liberación de la mujer, feminismo o como se les quiera llamar, porque para Di-s sólo existe una mujer virtuosa.
La bendita y Santa Palabra de El Eterno nos dice: “Como zarcillo de oro en el hocico de un cerdo, es la mujer hermosa y apartada de razón” Proverbios 11:22. ¡Qué dura es la palabra de Di-s!, ¿Verdad mujeres? ¿Verdad Hombres? Entonces, ¿Por qué exhibir un cuerpo frente a mentes enfermas? ¿O acaso eres tú la enferma o el enfermo? No dejes que el mundo te imponga sus morales en este asunto. También nos dice en 1° Juan 2:15 No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. 16 Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.
Da ejemplo en tu vida en medio de esta corrupta humanidad, porque la mujer modesta es el resultado de una pureza de mente y espíritu y la santidad está envuelta en no causar tropiezos para los demás. Lo que muchas mujeres no entienden es que la mujer es más atraída o afectada por los sentimientos y el tocar, y el hombre es más atraído o afectado por el ver (el ojo). El pecado nos impulsa a que nunca estemos satisfechos con lo que Di-s nos da, entonces cuando las mujeres nos exhibimos para lograr los deseos del hombre, esto se une a su naturaleza carnal para causarles desastres. Por la vista, el hombre ve, y luego desea, y en esto cae en pecado. Por ver el cuerpo femenino desnudo, o parcialmente desnudo, provoca a un hombre a pecar y desear lo que no es suyo. Esto es la codicia. Recordamos que para muchas culturas, el andar en ropa interior es lo mismo que andar “desnudo”. O sea, una persona que se presenta en público con su ropa interior es considerada, desnuda. La desnudez siempre ha sido identificada con religiones paganas, satanismo, posesión por demonios, y vicios en contra de Di-s, como el hedonismo, la erótica, pornografía, etc.
¡Escuchen HOMBRES! La palabra de Di-s nos dice en el Libro de Job 31:1 Hice pacto con mis ojos; ¿Cómo, pues, había yo de mirar a una virgen? Job entendió el tropiezo y tentación que viene por el ver. El hombre tiene que entender que la mala mujer usa el adorno exterior de su cuerpo para atrapar a los hombres ignorantes y corruptos. La mujer que causa que los hombres piensen sexualmente en ella, en su belleza y vista sensual, esta mujer es una mujer extraña, para
Mujer, ¿Quieres ser más como este tipo de mujer, o ser una mujer piadosa, reservada, modesta y siempre reverente delante de Di-s?
Y sigue diciéndonos la palabra de Di-s en Proverbios 7:10 Cuando he aquí, una mujer le sale al encuentro. Con atavío de ramera y astuta de corazón. ¿Qué es el atavío de una prostituta? ¿Cómo se viste una ramera? Es aquella que no cubre su cuerpo sino revela todo lo que puede. Su ropa es siempre muy poca, y es en una forma que se puede quitar fácilmente, donde se ve lo que hay abajo sin nada de problema, se transparenta o es tan apretada que se ve lo de debajo de la ropa como si no existe la ropa. Muestra las partes sexuales y sensuales de su cuerpo para provocar deseos de tenerla sexualmente. Y nos sigue diciendo la palabra de Di-s en Proverbios 9:13. La mujer insensata (necia, sin valor moral, hueca de valor) es alborotadora; Es simple e ignorante.
No perezcamos por falta de conocimientos, el hombre o la mujer inteligente, que actúa con sabiduría, ve el mal y se aparta. Para Di-s el aspecto más importante es la voluntad humana, si ella se rinde, entonces el alma se entrega; La belleza de una mujer es incorruptible porque no depende de lo físico, por tanto la opinión del mundo ha de importarle muy poco a una mujer que ama a Di-s.
Mujer y Hombre que lees estos escritos, te dejo a continuación los siguientes versos, para que reflexiones acerca de tu vida y empieces a retomar los caminos de salvación, que solo Di-s te puede dar.
Que El Eterno les bendiga grandemente y les de la paz y el gozo que sólo él puede dar. Amén.
“El que ama la instrucción ama la sabiduría, mas el que aborrece la reprensión es ignorante” (Proverbios 11:22)
“Pobreza y vergüenza tendrá el que menosprecia el consejo, mas el que guarda la corrección recibirá honra” (Proverbios 13:18)
Elogio de
Proverbios 31: 10-31
10 Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas
11 El corazón de su marido está en ella confiado, y no carecerá de ganancias
12 Le da ella bien y no mal todos los días de su vida.
13 Busca lana y lino, y con voluntad trabaja con sus manos.
14 Es como nave de mercader; trae su pan de lejos.
15 Se levanta aún de noche y da comida a su familia y ración a sus criadas.
16 Considera la heredad, y la compra, y planta viña del fruto de sus manos.
17 Ciñe de fuerza sus lomos, y esfuerza sus brazos.
18 Ve que van bien sus negocios, su lámpara no se apaga de noche.
19 Aplica su mano al huso, y sus manos a la rueca.
20 Alarga su mano al pobre, y extiende sus manos al menesteroso.
21 No tiene temor de la nieve por su familia, porque toda su familia está vestida de ropas dobles.
22 Ella se hace tapices, de lino fino y púrpura es su vestido.
23 Su marido es conocido en las puertas, cuando se sienta con los ancianos de la tierra.
24 Hace telas y vence, y da cintas al mercader.
25 Fuerza y honor son su vestidura; y se ríe de lo por venir.
26 Abre su boca con sabiduría, y la ley de clemencia está en su lengua.
27 Considera los caminos de su casa, y no come el pan de balde.
28 Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada; y su marido también la alaba.
29 Muchas mujeres hicieron el bien; más tú sobrepasas a todas.
30 Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; la mujer que teme a Jehová, ésa será alabada.
31 Dadle del fruto de sus manos, y alábenla en las puertas sus hechos.
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