miércoles, 2 de noviembre de 2011

¿DICES AMAR?

¿Dices amar?

Por: Hna. Eyra Lezcano

“Porque de tal manera amo El Eterno al mundo, que ha dado a su hijo unigénito para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna(Juan 3:16)

Dios les bendiga mis amados en el Mashiaj. He querido desarrollar este tema tan hermoso acerca del amor, porque vino a mi memoria un día en que, saliendo de una reunión en la kehilá, un hermano se acercó a mí y me dijo: “hermana, sabe usted que mi primer amor sólo duró 3 meses”. Desde ese momento vi la vida de mi hermano decaer, tanto así, que hoy está en el mundo, vive para el mundo, ama al mundo; se enredó en los dichos de su boca, declaró su desamor para aquel quien tanto le amó, le ama y le amará; Hoy día ese hermano busca mil y una excusas para justificar su iniquidad y su engaño, y aún así, sabiendo hacer el bien, hace el mal. Que El Eterno se apiade de él y de muchos que están en esa misma situación y siga derramando su misericordia sobre ellos, y también sobre nosotros.

Hermanos, HaShem nos muestra su magnificencia a través de su amor; Nosotros no podemos entender aún cuán grande es el amor de Él. Muchos decimos conocer del amor de Di-s, pero para poder hablar de ese tan grande amor, tenemos que conocerlo, experimentarlo, saber que el amor de Di-s no se puede medir ni compararse con nuestras debilidades, con nuestros sentimientos, que muchas veces nos impiden amar, porque una persona resentida, con un corazón lleno de odio y rencor, no puede expresar amor, por estar dominada por otro sentimiento, muy lejos de lo que las Sagradas Escrituras nos dice.

No hay sacrificio que tú puedas hacer que valga, si no tienes amor. Todas nuestras cosas sean hechas con amor (1 Corintios 16:14) Porque en Yeshúa, el Mashiaj, tu actuar debe ser por la fe que obra en el amor (Gálatas 5:6) Porque el fruto del Espíritu es amor (Gálatas 5.22) Confiados en la misericordia que por su inmenso amor Di-s nos amó, aún estando nosotros muertos en pecados (Efesios 2. 4-5) Porque el amor de Yeshúa excede a todo conocimiento para que seamos llenos de toda la plenitud de Di-s (Efesios 3:19) Cimentados en amor, andando en amor como también Yeshúa nos amó y se entregó a sí mismo (Efesios 5:2)

¿Cómo dices amar si menosprecias a tu hermano, si le has dado la espalda a tu hermano, si lo has herido, humillado y despreciado? pero la Bendita y Santa Palabra de El Eterno nos dice: Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él (1 Juan 3:15); No amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad (1 Juan 3:18) Si alguno dice: Yo amo a Di-s, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿Cómo puede amar a Di-s a quien no ha visto?

Hermanos y hermanas, el que no ama no ha conocido a Di-s, porque Di-s es amor (1 Juan 4:8) el que permanece en amor, permanece en Di-s, y Di-s en él (1 Juan 4:16) ¿Cómo podemos tú y yo demostrar amor a nuestro Di-s? En que conozcamos su Palabra, vivamos la Palabra, seamos testimonio de la Palabra y que nuestra fe se demuestre a través de la obediencia a su Palabra, tal como él nos ordena a andar, según sus mandamientos, en amor, como habíamos oído desde el principio (2 Juan 1:6) Si tú dices que amas a Di-s, entonces debes aborrecer el mal, apartarte de la iniquidad, obedece a la verdad, que tu amor no sea fingido, sino que exprésalo con un corazón puro (1 Pedro 1:22) Y no ames al mundo, ni las cosas que están en el mundo, porque si amas al mundo, el amor del Padre no está en ti (1 Juan 2:15)

Entonces, ¿Cómo puede alguien decir que ama a Di-s cuando ha confesado con su boca haber perdido su primer amor en tan poco tiempo? (Pero tengo contra ti que has dejado tu primer amor, Apocalipsis 2:4) Ese amor que cada día debe ir en aumento, para la gloria y honra de nuestro Señor, se ha perdido enredado en sentimientos ajenos a la voluntad del Creador. ¿Cómo puede decir alguien que ama a Dios, que aun conociendo su Palabra, se vuelva para atrás, después de haber conocido la verdad? Aquella verdad que nos dice “amarás al Señor tu Di-s con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente (Mateo 22:37) ¿Cómo puedes tú dejar de amar a alguien que dio su vida por ti y por mí, y que nos hizo más que vencedores por medio de su Sangre? Ofrenda y sacrificio a Di-s en olor fragante, que aún nosotros siendo pecadores murió por nosotros. ¿Cómo puedes dejar de amar a aquel que su amor no es condicional? Porque su Palabra nos dice: ¿Quién nos separará del amor de Yeshua? ¿Tribulación o angustia, o persecución, o hambre o desnudez, o peligro, o espada? (Romanos 8:35) ¡Basta ya! ¡Deja ya de despreciar a aquel que todo lo merece! ¿O acaso no te es suficiente pisotear su Sangre derramada en la cruz? ¿Acaso deseas crucificarlo nuevamente por tus pecados? ¿De qué estás hecho? ¿Por quién fuiste creado? ¿Acaso tienes tu corazón endurecido como una roca? ¿O es que no le temes a Di-s? Recuerda que el pecado tiene un precio y que se cumple la sentencia porque Di-s no puede ser burlado, todo lo que el hombre sembrare, eso también segará (Gálatas 3:16), porque las consecuencias de tus pecados no las podrás evitar.

Ya es tiempo de que recapacites, arrepiéntete porque te esperan unos brazos perdonadores, que siempre estarán abiertos, porque abogado tenemos para con el Padre, al Mashiaj el justo, no permitas que nadie te aparte del Señor, aborrece lo malo, sigue lo bueno, recuerda lo que la palabra de Di-s nos dice: “el amor es sufrido, es benigno; El amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece, no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor, no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser…”, y nos sigue diciendo su palabra, Yo amo a los que me aman, y me hallan los que temprano me buscan (Proverbios 8:17); Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia (Jeremías 31:3); y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos (Éxodo 20:6)

Bienaventurado el hombre a quien HaShem no culpa de iniquidad y en cuyo espíritu no hay engaño (Salmo 32:2), pues él nos hará entender y nos enseñará el camino en el cual debemos andar; Su Palabra nos manda a amar, primeramente a Él, y después al prójimo como a nosotros mismos, y si estás casado, Di-s te manda a amar a vuestra mujer, así como Yeshua amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella, así también debes amar a tu mujer como a tu propio cuerpo, porque el que ama a su mujer así mismo se ama. Hermana, si estás casada, el Señor te manda a amar y a respetar a tu marido, a estar sujeta a él, pero como conviene en el Señor.

El amor siempre procura el bien para el ser amado. El hogar de un verdadero cristiano tiene que ser un oasis de amor y de paz. Debemos mostrar al mundo un ejemplo de amor para con nosotros mismos y el prójimo.

Hermano, deberás ser el mejor amigo de tu esposa, deberás estar lleno del Espíritu Santo y con amor íntegro, debes amar a tu esposa con todas las fuerzas de tu corazón, respetarla, honrarla, interceder en oración por ella, clamando por su bendición, ayudándola, aconsejándola, ministrándole y sometiendo tu matrimonio a la Paz que Dios da. Es muy importante el versículo dónde nuestro Señor y Dios nos habla de la mujer sabia que edifica su casa, esto muestra al hombre que muchas veces la Sabiduría de Dios, mana de la boca de su esposa.

Dios nos dé sabiduría y entendimiento a través de su Espíritu Santo, para que podamos asimilar lo que Él quiere de nosotros, y amemos al Señor con toda nuestra alma, mente, corazón y con todas nuestras fuerzas, teniendo el coraje de confesarlo y demostrarlo en cada acto de nuestra vida, amando tal como él lo establece y dedicando nuestra existencia plenamente y sólo a Di-s, porque cuán grande es Él.

Que el El Eterno me los bendiga grandemente y gózate en el Señor.

Ponme como un sello sobre tu corazón, como una marca sobre tu brazo; porque fuerte es como la muerte el amor.

(Cantares 8:5)

Abominación son a Di-s los perversos de corazón; mas los perfectos de camino le son agradables

(Proverbios 11:20)

Respondió Yeshua y le dijo: Si alguno me ama, mi palabra guardará. Y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos nuestra morada con él. El que no me ama no guarda mis palabras. Y la palabra que escucháis no es mía, sino del Padre que me envió.

(Juan 14:23)

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