Toda persona de entre la humanidad que se entregue a
la fornicación, al adulterio, etc., forma parte del mundo de "la Gran
Ramera", "Con la cual han fornicado los reyes de la tierra, y los que
moran en la tierra se han embriagado con el vino de su fornicación."
(Apocalipsis 17:2); "LA MADRE DE LAS FORNICACIONES Y DE LAS
ABOMINACIONES DE LA TIERRA."(Apocalipsis, 17:5); "la gran ramera que
ha corrompido a la tierra con su fornicación,..." (Apocalipsis, 19: 2).
"Las viandas para el vientre, y el vientre para
las viandas; empero y a él y a ellas deshará Dios. Mas el cuerpo no es para la fornicación, sino
para el Señor; y el Señor para el cuerpo: Y Dios que levantó [resucitó] al
Señor, también á nosotros nos levantará con su poder. ¿No sabéis que
vuestros cuerpos son miembros de Cristo? ¿Quitaré pues los miembros de Cristo,
y los haré miembros de una ramera? Lejos sea. ¿O no sabéis que el que se junta con una ramera, es hecho con ella un
cuerpo? porque serán, dice, los dos en una carne. Empero el que se junta con el
Señor, un espíritu es. Huid la fornicación. Cualquier otro pecado
que el hombre hiciere, fuera del cuerpo es; mas el que fornica, contra su
propio cuerpo peca. ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del
Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois
vuestros? Porque comprados sois
por precio: glorificad pues á Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los
cuales son de Dios." (La Primera Epístola del Apóstol San
Pablo á Los Corintios, 6: 13-20).
"Porque
vosotros, hermanos, a libertad habéis sido llamados; solamente que no uséis la
libertad como ocasión á la carne, sino servíos por amor los unos a los otros. Porque
toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como á
ti mismo. Y si os mordéis y os coméis los unos a los otros, mirad que
también no os consumáis los unos a los otros. Digo pues: Andad en el Espíritu, y no
satisfagáis la concupiscencia de la carne. Porque la carne
codicia contra el Espíritu, y el Espíritu contra la carne: y estas cosas se
oponen la una a la otra, para que no hagáis lo que quisieres. Mas si sois
guiados del Espíritu, no estáis bajo la ley. Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación,
inmundicia, disolución, Idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos,
iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, banqueteos,
y cosas semejantes a éstas: de las cuales os denuncio, como ya os he anunciado,
que los que hacen tales cosas no heredarán el reino de Dios. Mas el fruto del
Espíritu es: caridad, gozo, paz, tolerancia, benignidad, bondad, fe,
mansedumbre, templanza: contra tales cosas no hay ley. Porque los
que son de Cristo, han crucificado la carne con los afectos [lujuriosos,
fornicarios, adúlteros] y concupiscencias [placeres deshonestos]. Si
vivimos en el Espíritu, andemos también en el Espíritu. No seamos codiciosos de
vana gloria, irritando los unos a los otros, envidiándose los unos a los
otros." (La Epístola del Apóstol San Pablo á Los Gálatas, 5:
13-26).
"Porque ¿qué
aprovechará al hombre, si granjeare todo el mundo, y pierde su alma? ¿O
qué recompensa dará el hombre por su alma? Porque el que se avergonzare de Mí y
de Mis Palabras en esta generación [en esta humanidad] adulterina y pecadora,
el Hijo del hombre se avergonzará también de Él, cuando vendrá en la gloria de
su Padre con los santos ángeles." (Marcos 9: 36-38).
"Porque como el relámpago, relampagueando desde
una parte de debajo del cielo, resplandece hasta la otra debajo del cielo, así
también será el Hijo del hombre en su día. Más primero es necesario que padezca mucho, y sea reprobado de esta
generación [esta humanidad]. Y como fue en los días de Noé, así
también será en los días del Hijo del hombre. Comían, bebían, los hombres
tomaban mujeres, y las mujeres maridos [para revolcarse en la fornicación],
hasta el día que entró Noé en el arca; y vino el diluvio, y destruyó á todos.
Asimismo también como fue en los días de Lot; comían, bebían, compraban,
vendían, plantaban, edificaban; Mas el día que Lot salió de Sodoma, llovió del
cielo fuego y azufre, y destruyó a todos: Como esto será el día en que el Hijo del hombre se manifestará." (Lucas,
17: 24-30).
"Velad
pues, orando en todo tiempo, que seáis tenidos por dignos de evitar todas estas
cosas que han de venir, y de estar en pie delante del Hijo del hombre." (Lucas,
21: 36).
Cada persona, por su comportamiento, se irá definiendo
delante del Hijo del Hombre.
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