martes, 7 de febrero de 2012

EXPLICANDO EL CONCEPTO DE TZADIK/JUSTO


EXPLICANDO EL CONCEPTO DE TZADIK/JUSTO
Por Erick Vivanco
“Entonces los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre. El que tiene oídos, que oiga” (Mateo/Matiyahu 13:43) Recuerdo que un día luego de pensar mucho acerca de lo que la Toráh decía sobre los Justos, comencé a pensar que yo también quería ser como uno de esos Justos de los cuales hablan las escrituras, por lo que en oración dije a El Eterno; “Yo quiero ser un Tzadik”. Sin embargo, para comenzar a ser un “Justo”, debía primer saber qué es ser uno. Así que me empeñé en descubrirlo, y aun no he terminado de aprender. En este corto análisis que llevo, una de las conclusiones más importante que he obtenido, es sin dudas; que me falta mucho para alcanzar la plenitud de un Justo, pues cada vez que me acerco a YHWH con esa justicia mía propia, su luz me hace ver que Él es mayor a mis “bondades” y que por lo tanto solo Él me podrá ayudar ser un verdadero Justo.
Cuando pienso en el concepto bíblico de “Justo”, lo primero que viene a mi mente es “Mashiaj”, pues sin duda alguna Yeshúa el Mesías de Yisrael, es el “Justo” de los “Justos” es decir; el Justo por excelencia, el más elevado, el ejemplo que debemos seguir para convertirnos en un Tzadik. Bajo este entendimiento, la vara nos queda a la altura de la dimensión más alta, la de un Justo como Yeshúa.
Por lo que el tema que intento tratar se me transforma inmediatamente, según mi opinión, en el reto más importante que puede tener el hombre y la mujer, el Israelita Nativo y el Israelita Gentil, se convierte en la meta final por la que debe correr todo temeroso y creyente en YHWH el Elohim de Yisrael, se torna en el objetivo final, Sí, el de ser un Justo, tal cual lo fue el Mesías Yeshúa.
Así que luego de pensar y aplicarme en este tema, lo primero que YHWH me ha enseñado es acerca de la importancia de luchar por ser un Justo, de imitar el ejemplo de Yeshúa y seguir sus pisadas, él es el Justo más elevado de todos.
Ahora sé que si logro ser un Justo como esos que la escritura menciona, (no por mis méritos, sino que por los del Mashiaj) lograré no solo una bendición propia, sino que para mi familia, amigos, y para todos aquellos que me rodean.
Comencemos por el principio; ¿Qué es un Tzadik? La palabra hebrea; “Tzadik” tiene algunos significados sinónimos en nuestra lengua española, los cuales son; “derecho, justo, recto” Así que la mayoría de las veces que leemos en nuestras biblias las palabras: “Justo”, “Recto”, “Derecho”, estamos viendo tras esas palabras, EL CONCEPTO hebreo de; “Tzadik” que es muy completo y complejo, que en resumidas palabras, expresa en toda su plenitud a un hombre o una mujer que TEME A YHWH Y GUARDA SUS MANDAMIENTOS.
La Wikipedia dice:
“Tzadik, en plural tzadikim, es un término hebreo proveniente de las raíces Tzedek, que significa "justicia", y Tzedaká, que puede traducirse como "caridad".
Así, una traducción aproximada al español de este término sería Justo en Plenitud, de manera literal, siendo un homólogo del término occidental santo”.
Aunque parezca un poco fuera de la perspectiva Hebrea, quisiera exponerles dos significados que nos da la Real Academia Española de la palabra; “Justo”, que me gustaron mucho y que son muy apegadas a la Toráh”, veamos:
1.    Que vive según la Toráh (ley) de Elohim.
2.    Exacto, que no tiene en número, peso o medida ni más ni menos que lo que debe tener.
¿Interesante cierto? Pues sí, como usted puede ver:
Un Justo, es una persona completa en el ámbito espiritual, una persona que cree que YHWH es UNO y ÚNICO, que lo ama con toda su alma, fuerzas y corazón, que vive el Shema (escucha) el primero de los mandamientos (Devarim/Deuteronomio 6:4).
Un Justo es alguien que teme a YHWH, que guarda todos sus mandamientos, que anda en santidad.
Un Justo es una persona que ha confiado y creído en los méritos del Mashiaj Yeshúa, como el justo más elevado de Yisrael.
Un justo es una persona que ama a su prójimo como así mismo, que ama a sus enemigos en la medida que la Toráh le enseña a amarlos, que busca la paz y la sigue, que practica el bien y la justicia, que lee y estudia siempre la Toráh y los Profetas.
Un Justo toma las enseñanzas del Mesías y las practica a diario, teniendo como inspirados los escritos de los primeros discípulos Judíos de Yeshúa.
Un Justo hace el bien y la misericordia.
Un Justo hace ruegos, súplicas y oraciones tres veces al día, intercediendo por él y por los suyos, por los cercanos y por los lejanos.
Un Justo eleva sacrificios de ofrenda tales como la adoración a El Eterno, el ayuno, la oración que se hace muy temprano de mañana.
Un Justo es aquel que pelea por VIVIR y PRACTICAR su fe en el Elohim de Yisrael, en la Toráh, en la instrucción que YHWH le dio al pueblo santo de Yisrael.
Un justo es uno que ha edificado bien su vida en la roca, que no es oidor olvidadizo de las enseñanzas del Maestro Yeshúa, sino que las pone por obra.
Un Justo es un varón perfecto, aprobado para toda buena obra que ha llegado alcanzar una estatura de madurez tal, que ya no vive él, sino que el Mesías en él.
Un Justo es un Siervo que vive para estar al servicio de YHWH y de los hombres, que jamás nunca busca su propio beneficio sino que el de los demás.
Un Justo jamás tiene odio.
Un Justo no tiene malos deseos en su interior.
Un Justo tiene los frutos del espíritu de santidad.
Un Justo no anda en la mentira sino que ama la verdad.
Un Justo llora y sufre por hacer lo agradable ante el Creador.
Un Justo tendrá victorias pero también tendrá pruebas.
Un Justo no es altivo sino humilde.
Un Justo es sincero y honesto.
Un justo no es más de lo que debe ser ni es menos de lo que YHWH espera de él.
Un Justo no tiene más alto concepto de sí mismo que el que debe tener. 
Un Justo sufre persecuciones, penalidades y pruebas por amor al Mesías.
Un Justo está preparado para todo pues su confianza está en YHWH.
En fin, un verdadero TZADIK (JUSTO-RECTO) es todo lo anterior y aun mucho, pero mucho más.
Algo maravilloso encontramos en las escrituras respecto de la cotidianidad de la aplicación del concepto de Justo en Yisrael, ya que el título de “Justo” pasó a ser una especie de “halago” a quien se comportaba como tal, pues era un sobrenombre común de la época, que lógicamente aplicaba a los que vivían como tales, veamos:
Yosef (José) candidato que no fue elegido cuando se echaron las suertes para designar al sucesor de Judas. “Propusieron a dos: a Yosef llamado Bar-Sabá, el cual tenía por sobrenombre Justo, y a Matityahu (Hechos 1.23) Un Hombre piadoso que vivía en Corinto. Shaúl (Pablo) se alojó en su casa, que era adyacente a la sinagoga.
“Y saliendo de allí, se fue a la casa de uno llamado Justo,  temeroso de Elohim, la cual estaba junto a la sinagoga” (Hechos 18:7)
Nota: Otras versiones bíblicas señalan que el nombre verdadero de este “Justo” era Tito. También era el Sobrenombre de un judío cuyo verdadero nombre era Yeshúa (Jesús). Unió sus saludos a los de Shaúl (Pablo) a los Colosenses.
“…y Yeshúa, llamado Justo; que son los únicos de la circuncisión que me ayudan en el reino de Elohim,  y han sido para mí un consuelo” (Colosenses 4:11)
¿Hermoso no? Qué lindo sería que nos llamaran así, que la justicia que profesamos mediante el Mesías sea conocida por todo el mundo y así hacernos “mas merecedores” del maravilloso sobrenombre de “Justo”.
¿Pero cómo ser un Justo? Como hemos podido ver, la palabra hebrea “Tzadik” (Justo) viene de la palabra hebrea “Tzedaká” (Justicia) por lo que resumimos un Justo es un hombre que práctica la Justicia ¿Cuál Justicia? No la suya propia, sino la que viene de YHWH. ¿Pero podría un hombre justificarse así mismo aunque guardara la justicia de YHWH? Veamos que nos dicen las escrituras:
“¿Quién puede decir: “Yo he limpiado mi corazón, estoy limpio de mi pecado”?” (Proverbios 20:9)
“Ciertamente no hay hombre justo en la tierra que haga lo bueno y no peque” (Eclesiastés 7:20)
Lo primero que debemos señalar es que es YHWH quien nos hace Justos, ¿Cómo? Bueno, un “Justo” es también una persona sin culpa, y aun que todos éramos culpables (Romanos 3:23) es YHWH quien nos hace inocentes mediante la Justificación. No son nuestras buenas obras las que nos hacen dignos delante de El Eterno. Esto lo digo en el sentido de que la Justificación emana de Elohim aun cuando nosotros hiciéramos todo lo que él nos ordena en su palabra, él es quien nos justifica a través de sus medios de Justificación, que son; Teshúva (Arrepentimiento – Retorno) y los méritos del Mashiaj Yeshúa. Esta es la base para entender el concepto de Justo ¿Lo va comprendiendo? No es el hombre quien tiene la capacidad de Justificarse así mismo, es solo YHWH de quien emana toda la bondad de la misericordia y el perdón para Justificarnos aun siendo culpables.
“Si yo me justificare, me condenaría mi boca; Si me dijere perfecto, esto me haría inicuo” (Job 9:20)
No obstante lo anterior, que de Elohim emane toda la Justificación, debemos señalar que un Justo no puede dejar de tener obras de Justicia, ¿Pues entonces como sería un Justo? No se es Justo solo por “fe”, sin obras, si no que se es Justo por la fe en YHWH mediante los méritos de Mashiaj, confianza que inmediatamente al momento de tenerla nos capacita para tener obras de Justicia. Mire lo que nos dice Shaúl respecto de la salvación y las obras:
“Pero Elohim, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con el Mesías (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con el Mesías Yeshúa, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en el Mesías Yeshúa. Porque por bondad inmerecida (gracia) sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Elohim; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en el Mesías Yeshúa para buenas obras, las cuales Elohim preparó de antemano para que anduviésemos en ellas” (Efesios 2:4-10)
Shaúl nos dice dos cosas relevantes para comprender el concepto de Justo:
Primero: Estábamos muertos en nuestros pecados y delitos,  sin obras, sin Elohim en el mundo, pero YHWH nos salvo por su bondad inmerecida, no éramos Justos sino que culpables e inicuos.
Segundo: Estando ya salvos por esa bondad inmerecida, quitada de nosotros la culpa de nuestra maldad y ya justificados, alcanzamos esa condición de Justos, ¿Pero cómo? Siendo una nueva creación capacitada para las BUENAS OBRAS que Elohim preparó de antemano para que ANDUVIÉSEMOS en ella, o sea, practicáramos la Justicia de un Justo.
El escritor de la carta a los hebreos resume lo dicho por Shaúl en su carta a Éfeso, con lo siguiente:
“Y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen” (Hebreos 5:9) 
Por lo cual podemos concluir en que YHWH nos da de su salvación mediante los méritos de Yeshúa y la confianza en él, para aquellos que OBEDECEMOS, ¿Qué es lo que debemos obedecer? Lógicamente los mandamientos y ordenanzas de YHWH nuestro Elohim.
En nuestra teología occidental influenciada por la teología Romana, que enseña que La Ley (Toráh) no salva y que no se debe guardar, (sabiendo que la Toráh del Eterno jamás ha tenido el propósito de salvar por obras) siempre separamos la obra de Justicia (Tzedaká) de la Fe (Emunah) como poniéndolas en polos opuestos y contrarios, ignorando que desde la perspectiva bíblica hebrea, tanto la FE como la OBRA son totalmente complementarias y es más, no se pueden ni se deben separar. Veamos:
“Hermanos míos, si alguno dice que tiene fe y no tiene obras, ¿de qué sirve? ¿Puede acaso su fe salvarlo? Si un hermano o una hermana están desnudos y les falta la comida diaria, y alguno de ustedes les dice: “Vayan en paz, caliéntense y aliméntense bien”, pero no les da lo necesario para el cuerpo, ¿de qué sirve? Así también la fe, si no tiene obras, está muerta en sí misma. Sin embargo, alguno dirá que tú tienes fe, y yo tengo obras. ¡Pues muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras! Tú crees que hay un Elohim. Haces bien. Pero también los demonios lo creen y tiemblan. Pero, ¿no quieres reconocer, hombre vano, que la fe sin obras está muerta? ¿No se justificó por las obras a nuestro padre Avraham, cuando ofreció a su hijo Yitsjaq sobre el altar? Ves que la fe actuaba juntamente con sus obras y que la fe quedó completa por las obras. Y se cumplió la Escritura que dice: “Avraham le creyó a YHWH, y se le contó por justicia; y lo llamaron amigo de Elohim. Ya ven ustedes que al hombre se lo justifica por las obras y no solamente por la fe. De igual manera, ¿no fue justificada también la ramera Rajab por las obras, cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino? Porque tal como el cuerpo sin el espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta. (Yaácov/Santiago 2:16-26)
Bajo la perspectiva Romana la sola “Fe” justifica al hombre, por lo que lo hace un “Justo”, esto implica que posteriormente el hombre no está obligado a obedecer o a tener obras, pues bajo ese entendimiento, el hombre no necesita dichas obras, ya que fue justificado sin ellas, y que la Toráh no debe guardarse. Esta comprensión incorrecta de las escrituras va contra todo el mensaje bíblico que señala que la “FE” en YHWH que es pura y original siempre implica OBRAS.
Sabiamente Yaácov (Santiago) nos muestra el ejemplo de alguien que dice tener FE en el Creador pero que no tiene obras, el tal no tiene una FE verdadera. Así la cultura Cristiana de hoy dice Creer en el Creador pero no están de acuerdo con guardar sus mandamientos. ¿Qué real diferencia hay entre los gentiles “crédulos” y los “incrédulos”? Pues si bien los incrédulos desechan la idea de la existencia de un Elohim, no están condenados por su actuar (socialmente y religiosamente) pues es lógico que no hagan lo que Elohim dice que debemos hacer, pero los que dicen creer en la Existencia de un Elohim Santo y Justo, ¿Cómo procurarán esa santidad, sin obras, sin medios para alcanzar la santificación? Una cosa es que YHWH nos capacite y nos provea de su Ruáj (espíritu) para ir regenerando nuestras mentes y vidas, pero otra cosa es pretender que Elohim nos mantenga en la condición de Justos, sin practicar la Justicia, nos mantenga en la condición de “apartados” (santos) sin hacer lo que nos correspondería hacer, es más: ¿Cómo pretender ser Justos si hacemos lo mismo que los gentiles hacen? ¿Qué diferencia hay? ¿Son realmente Justos los que así proceden? Bueno, si ellos creen que hay un Elohim, bien hacen, lo hay, existe y es real, pero los demonios también creen y es más, tiemblan a su presencia. No Basta con Creer que YHWH es Real hay que Obedecerle.
Un Justo muestra su FE con sus OBRAS. Pues por más que un hombre diga tener FE, sin tener OBRAS, su FE estará muerta, pues no tiene vida en sí misma. Mas aquel que demuestra con sus OBRAS que tiene FE, ese ha sido Justificado, y ha sido mantenido en la condición de Justo, esa condición que alcanzó en su momento, cuando vivía sin Mashiaj, sin tener obras, pero que perfeccionó una vez que Mashiaj vivió en su interior, trayendo a la vida un nuevo hombre capacitado para obedecer todos los mandamientos de El Eterno.
Por favor, vuelva a leer conmigo parte de las hermosas palabras que escribió el emisario Yaácov (Santiago), y cómo es que vienen a complementar todo el concepto hebreo de un “Tzadik” (Justo-Recto) que las escrituras nos muestran, a un hombre con FE pero también con Obras “¿No se justificó por las obras a nuestro padre Avraham, cuando ofreció a su hijo Yitsjaq (Isaac) sobre el altar? Ves que la fe actuaba juntamente con sus obras y que la fe quedó completa por las obras. Y se cumplió la Escritura que dice: “Avraham le creyó a YHWH, y se le contó por justicia; y lo llamaron amigo de Elohim. Ya ven ustedes que al hombre se lo justifica por las obras y no solamente por la fe”.
Un claro ejemplo de esto es lo que encontramos en el escrito de Lucas, pues un Justo es alguien que guarda los mandamientos de YHWH:
“Hubo en los días de Herodes, rey de Judea, un sacerdote llamado Zacarías, de la clase de Abías; su mujer era de las hijas de Aarón, y se llamaba Elisabeth. Ambos eran justos delante de Elohim, y andaban irreprensibles en todos los mandamientos y ordenanzas de YHWH. (Lucas 1:5-6)
Preguntémonos: ¿Y donde están los mandamientos y las ordenanzas de YHWH? Usted lo sabe, se encuentran en la Toráh. Ahí están esas instrucciones que hacen que hombres como el Padre de Yojanán (Juan el Inmersor - Bautista) llamado Zekharya (Zacarías) y su Madre, fueran reconocidos por el escritor Lucas como Justos que vivían irreprensiblemente guardando TODOS los mandamientos y ordenanzas de YHWH.
Es cierto, el “Justo” por su Emunah (Confianza-FE) vivirá”, pero esa Emunah jamás está solitaria, tiene como base y como parte de su naturaleza la OBEDIENCIA a YHWH.
Quien desee ser un Justo, deberá tener FE en YHWH y en los méritos de Yeshúa, a fin de alcanzar sus Justificación que lo llevará a PRACTICAR la obediencia, y a guardar los mandamientos prescritos por YHWH a su pueblo Yisrael.
Shalom en el Mashiaj.

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