ALIANZA NETZARITA HADEREJ (EL CAMINO)
CONGREGACION MESIANICA MAHANAIM
(REUNION DE DOS CAMPAMENTOS)
CONGREGACION MESIANICA MAHANAIM
(REUNION DE DOS CAMPAMENTOS)
CONOCIENDO AL MESÍAS POR LAS
RAÍCES HEBREAS
(MI PUEBLO NO AVANZA POR FALTA DE CONOCIMIENTO… OSEAS 4:6)
(MI PUEBLO NO AVANZA POR FALTA DE CONOCIMIENTO… OSEAS 4:6)
EL GOBIERNO EN LOS DÍAS DE
YESHUA
En los días de Yeshua y de sus emisarios, y hasta la destrucción del
Templo de Yerushaláyim (70 d.M.), las dos autoridades principales entre los
fariseos venían dadas por el Tribunal de Hilel* y por el tribunal de Shamai*;
además de la existencia de los Saduceos y el Sanedrín Superior, que dictaban
sentencia en los atrios del Templo.
* HILEL: Eminente maestro de la Torá de principio del
primer siglo y que llegó a ser el presidente del Sanedrín. Famoso por la
enunciación de siete reglas de interpretación bíblica que llevan su nombre.
Proponía una interpretación menos rígida de la Ley, buscando más el espíritu
que la letra, ya que creía que la letra podía matar, pero el espíritu de la Ley
era la clave para la recta interpretación. Juntamente con Shamai, formó parte
de la máxima autoridad del liderazgo farisaico del primer siglo.
SHAMAI: Juez en Israel durante los días de Yeshua. Sabio de la Torá que se
caracterizó por su observancia radical y legalista de la Torá, casi siempre
estuvo en oposición a la interpretación de la Ley Judía dada por su colega
Hilel.
CORRUPCIÓN
POLÍTICA
Debido a la presencia romana, la corrupción política en el país no se
hizo esperar. Roma impuso sacerdotes que no eran de la familia sacerdotal
(Levitas*). Esto no significa que todos los cohanim (sacerdotes) fueran
corruptos, pero significa que el sistema sacerdotal, bajo dominio romano, se
había corrompido. Aquellos sacerdotes impuestos por Roma o que adquirieron el
puesto con sumas de dinero o tretas políticas, no conocían las leyes del Templo,
ni sabían cómo oficiar ni tenían la motivación apropiada para estar en tan
sagrada posición. Para evitar mayores escándalos, tenían que recurrir
constantemente a los sabios (rabinos) para recibir instrucción. En días tan
sagrados como Yom Kipur (Día de Expiación), muchas veces había que asignarles
varios maestros de la Torá para que les enseñasen paso a paso cómo establecer
la liturgia apropiada. Dicha situación colocó a los rabinos en una posición de
autoridad superior a la de los cohanim (sacerdotes), y el pueblo los admiraba
grandemente por su sabiduría. En todo caso, la presencia romana y el control
romano del Templo era una espina clavada en el costado de los justos y piadosos
de Israel, y se hacía más latente entre los fariseos.
* Los levitas fueron dedicados por YHWH, Dios de Israel, como Cohanim
(Sacerdotes) para que sirvieran en el Tabernáculo Temporal y en el Templo en
Yerushaláyim (Jerusalén) Números 8:5-24.
Shamai, juez principal y sabio de la Torá, desarrolló una estrategia de
doble agenda en su trato con los romanos. Por un lado, aceptó la presencia de
una guardia para que hiciera prevalecer los dictados de la Corte, y por el otro
lado enseñó a odiarlos secretamente. No así Hilel, que siendo juez y maestro de
Israel en aquellos días, prefirió tener la autoridad de la santidad y la
justicia de la Torá, sin acudir a la guardia romana para hacer valer sus
decisiones legales. Por tanto, fue casi palpable la gran tensión que existía
entre Shamai y Hilel. Por otro lado, Hilel amaba a los gentiles y consideraba
que mientras más se les enseñara la Torá, amarían más a Israel y existiría
menos antisemitismo en el mundo.
Shamai, aunque aceptaba el principio de la guardia romana en su
tribunal, en verdad rechazaba a los gentiles y constantemente se oponía a
enseñarles la Torá y las leyes y costumbres judías. Aunque los fariseos mismos
eran muy pluralistas, ya que había siete grupos diferentes dentro de ellos, el
balance de poder y autoridad del partido venía dado por el Tribunal dirigido
por Shamai y el Tribunal dirigido por Hilel. Ambos tenían su Yeshivá, (Escuela
de estudios de la Torá), donde preparaban a sus discípulos y dominaban la vida
nacional de Israel EN LOS DÍAS PREVIOS AL NACIMIENTO DE YESHUA.
Cuando nuestro Salvador y Adón (Señor) tenía 12 años de edad y quedó en
el Templo estudiando y compartiendo la Torá con los sabios de Israel,
posiblemente Shamai y Hilel estuvieron entre los doctores que se admiraban de
Sus respuestas. Debido a la influencia política venida de los saduceos y del
respaldo de la guardia romana, Shamai logró sentarse en la “silla de Moshé
(Moisés)” y se inició un proceso de grandes disputas entre las dos casas, la de
Shamai por un lado y la de Hilel por el otro.
MEDIDAS
LEGALES
Todo comenzó con la introducción, por parte de Shamai, de 18 Medidas
Extraordinarias, a fin de hacer más difícil para un no judío convertirse al
judaísmo. Hilel se opuso a tales medidas, pues con ellas sería del todo
imposible para un gentil, amar a los judíos y procurar convertirse al judaísmo,
dejando así el paganismo, la idolatría, la hechicería, etc., y creer solamente
en el Dios de Israel, siendo enseñados por la Torá, dada por Dios a través de
Moshé (Moisés). Por supuesto, esas no fueron las únicas controversias entre los
dos jueces de Israel en aquellos días. Las tensiones entre Shamai y Hilel
fueron tan fuertes, que por medio de la conexión zelota*, se ordenó la muerte
de una gran cantidad de discípulos de Hilel.
Si Shamai fue o no el responsable directo, aún se investiga, pero todo
parece indicar la existencia de una fuerte conspiración zelote, amigos de la
Casa de Shamai, en el trasfondo de aquellos asesinatos. En todo caso, la
situación creó una verdadera tormenta en Israel, al extremo de que muchos
discípulos de Hilel se unieron con Menahem (el “Maestro de Justicia” del que se
nos habla en los Rollos del Mar Muerto), y se volvieron a los esenios,
estableciendo en la zona conocida como Qum Ram, cercana a Yerushaláyim
(Jerusalém), su centro de actividades comunitarias.
* Zelotes: Grupo religioso del
pueblo judío que se caracterizaba por la vehemencia y rigidez de su integrismo
religioso.
FUE SHAMAI QUIEN PROHIBIÓ A LOS
JUDÍOS ENTRAR A LA CASA DE UN GENTIL y lo hizo ley en Israel, estableciendo como razón, que tal acción sería
vista como una abominación. Fue él quien levantó una pared intermedia de
separación tan grande entre judíos y gentiles, que hizo prácticamente imposible
para estos últimos, considerar con seriedad el judaísmo como una opción válida.
La opinión de Shamai sobre los gentiles era que la única forma de
salvación posible para un gentil era que se circuncidara y guardara la
totalidad de la Torá como un judío*. Ahora bien, decía Shamai, debido al
trasfondo pagano de los gentiles, había que exponerlos a una recia disciplina
para que abandonaran realmente su paganismo. Esto fue lo que causó la creación
y establecimiento DE LAS FAMOSAS 18 LEYES EN FORMA
DE MANDAMIENTOS, expresadas en
ordenanzas rabínicas, que desde su posición de Juez de Israel, pudo establecer
como gezerot y takanot (estatutos legales) normativos para la comunidad judía.
Esas medidas fueron tan pesadas y exigentes, que casi imposibilitaban a
un gentil pasar la prueba y hacerse judío. Por otro lado, Shamai decretó que si
un gentil guardaba las siete Leyes Noédicas
aún así no tendría ninguna oportunidad de compartir con los judíos el mundo por
venir.
Las siete Leyes Noédicas son:
1. Prohibición contra la
idolatría.
2. Prohibición contra la blasfemia.
3. Prohibición contra el asesinato.
4. Prohibición contra el robo.
5. Prohibición contra el adulterio.
6. Prohibición de comer carne de animal con vida (ni beber su sangre).
7. Establecer Cortes de Justicia.
2. Prohibición contra la blasfemia.
3. Prohibición contra el asesinato.
4. Prohibición contra el robo.
5. Prohibición contra el adulterio.
6. Prohibición de comer carne de animal con vida (ni beber su sangre).
7. Establecer Cortes de Justicia.
* Recordemos que aunque en la Torá están escritos 613 mandamientos, deben
cumplirse SEGÚN SE APLICA A CADA UNO, ya que hay mandamientos que son sobre el
shabat, las Fiestas, las comidas, otros sobre la mujer, otros sobre el varón,
otros sobre las normas de conducta, etc. Que en su totalidad son las reglas
básicas de la vida en santidad que El Eterno demanda de nosotros.
No obstante, la Casa de Hilel tuvo otra posición que puede resumirse en
esta sentencia: “Los gentiles no tienen por qué hacerse judíos para tener su
parte en el mundo futuro; pero si se convierten de corazón y abandonan la
idolatría, y guardan los siete principios dados a Nóaj (Noé), el Eterno tendrá
también misericordia de ellos como tiene misericordia del pueblo judío”.
Así pues, mientras Shamai era enemigo de aceptar conversiones, Hilel
apoyaba, juntamente con las Siete Leyes Noédicas, la Ley para los gentiles.
RECORDEMOS QUE RAV SHAUL (APÓSTOL PABLO) ESTUDIÓ A LOS PIES DE GAMALIEL,
DESCENDIENTE DE HILEL. Al hablar Pablo de la “Ley” en relación con los
gentiles, es importante recordar lo que el término significaba en los días
cuando el Templo estaba aún en pie.
Por otro lado, Yeshua el Mesías, introdujo un tipo de conversión que
nunca antes fue conocida en Israel. Debido a la calidad de dicha conversión,
que recibía los beneficios de los méritos del Mashíaj, el Maestro, nuestro
Salvador y Adón, en Su posición de Juez de Israel, y a quien el Padre le había
dado “toda autoridad en el cielo y en la tierra”, determinó que cuando un gentil se convierte al Eterno, por Su Nombre
(Yeshua Ha Mashíaj), es sacado del Olivo Silvestre, figura del paganismo,
hechicería, sin la Ley del Dios de Israel, etc., y es injertado contra
naturaleza en el Olivo Natural (figura de Israel).
Esta enseñanza superó los decretos, tanto de Shamai como de Hilel. De
Shamai, porque Yeshua hizo más sencillo y fácil para un gentil hacer su conversión,
quitando del camino las piedras innecesarias. De Hilel, porque Yeshua hacía de
los conversos, miembros de la familia de los santos (judíos), no simplemente
“amigos de Israel” bajo la figura de “Benei Nóaj” (Hijos de Noé). De hecho, Rav
Shaul (Apóstol Pablo) afirmó luego, que esta bendición dada a los gentiles, es
un “misterio que en otras generaciones no se ha dado a conocer a los hijos de
los hombres en la misma medida en que ahora es revelado a sus apóstoles y
profetas por el Espíritu...” (La Epístola del Apóstol Pablo a los Efesios
3:1-6); y en su carta a los gálatas, (3:29) Rav Shaul (Apóstol Pablo) dice: “Y si vosotros sois de Mashíaj (Mesías), entonces sois
descendencia de Avraham y herederos del mundo por venir según la promesa”.
Como
vemos, debido a Yeshua Ha Mashíaj (Yeshua el Mesías), los gentiles que hacen la
conversión no son vistos como linaje de Nóaj (Noé), sino descendencia de
Avraham, y por extensión, “copartícipes de la promesa”. Por lo tanto, las palabras de Yeshua y de Rav
Shaul (Apóstol Pablo), que parecieran atentar contra el judaísmo o contra la
Ley (Torá), no fueron dirigidas contra el judaísmo de los profetas, sino contra
Shamai y sus decretos; y en el caso de Pablo, no contra la Ley (Torá) dada por
el Eterno a través de Moshé (Moisés), sino contra la Ley de Nóaj, COMO INSUFICIENTE PARA LA SALVACIÓN DE LOS GENTILES.
Ignorar el judaísmo de los días de nuestro Adón Yeshua el Mesías, ha
hecho a muchos errar en cuanto al verdadero significado de sus palabras; de
ahí, la enorme importancia de conocer bien el judaísmo de aquellos días para
estar en condiciones de interpretar en forma apropiada sus escritos.
Al entender cómo era el judaísmo de aquellos días y LA OPOSICIÓN CONTRA LA CONVERSIÓN DE LOS GENTILES,
imponiéndoles el guardar la totalidad de la Torá y las 18 leyes en
forma de mandamientos (impuestas por Shamai) y el guardar las 7 leyes noédicas
(impuestas por Hilel), que impedían que los gentiles pudieran convertirse al
judaísmo y así dejando el paganismo, venir al Dios de Israel, siendo entonces
enseñados por la Ley (Torá) dada por Dios a través de Moisés, comprenderemos
cuando el Rav Shaul (Apóstol Pablo) dice en su Carta a los Creyentes en Italia
(Romanos) 6:14 (Versión Textual Hebraica): Porque la mala inclinación (el
pecado) no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo el sistema
legislativo legalista, sino de uno de gracia (la Torá).
También Rav Shaul (Apóstol Pablo) lo explica en esta misma carta, en el
capítulo 3:27-31 (Versión Textual Hebraica), cuando habla sobre la justicia de
Dios prometida en la Ley: ¿Dónde, pues, está la jactancia? Queda excluida. ¿Por
cuál ley? ¿Por la de la observancia legalista de la Torá? No, sino por el
principio de la fe que obedece.
Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe obediente que no
tiene nada que ver con la observancia legalista de la ley. ¿O es Di-os
solamente Di-os de los judíos? ¿No es también de los gentiles? Ciertamente,
también de los gentiles. Porque Di-os es uno, y él justificará por la fe
obediente a la circuncisión, y por medio de la fe que obedece a la
incircuncisión. ¿Luego por la fe que obedece declaramos anulada la ley? ¡Ni se
les ocurra tal pensamiento, todo lo contrario, confirmamos lo que la ley ha
prometido!
HAY
UNA GRAN DIFERENCIA ENTRE OBEDIENCIA A LA LEY Y OBSERVANCIA LEGALISTA DE LA
LEY.
La obediencia
a la ley es una expresión de la fe; la observancia legalista de los
mandamientos es contraria a la obediencia por amor y temor de los decretos y
estatutos e instrucciones divinas dadas en la Torá. La diferencia es evidente en esta carta y en
el resto de las cartas de Rav Shaul que tratan el tema, pues ya ha dicho que
los que obedecen la Torá son los que tienen la promesa de recibir como regalo
la justicia divina, sobre la base de los méritos interpuestos por la fe
obediente de Yeshua a la misión que le fue asignada, esto es, hacerse
responsable de los pecados voluntarios de Israel y del mundo.
…porque
no son LOS OIDORES DE LA LEY los justos ante Di-os, SINO LOS HACEDORES DE LA
LEY serán justificados. Carta de Rav Shaul a los Creyentes en Italia (Romanos)
2:13, Versión Textual Hebraica.
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