Desde el principio de la creación el Rey del Unirverso, asignó 7 preceptos para la humanidad. Estos fueron dados a Adan, el cual cayó de la gracia Divina. Después fueron confirmados a Noé en su pacto como símbolo el arcoíris. Por último se entregaron a Moisés junto con los 613 mandamientos que los hijos de Israel deben seguir.
Pacto con la humanidad que sigue vigente.
Parecería una simplesa que la humanidad para mantener una relación agradable con el Rey de la creación solo necesita cumplir con los 7 preceptos que fueron dados a Noé justo después del diluvio. Aunque así pareciera, la humandad nunca quiso seguir estos al pie de la letra, sin en cambio se corrompió en sus maldades, cayó en la idolatría e inventó religiones que solo lo alejaron de El Eter-no.
Sólo unos pocos hombres pudieron seguir estos 7 preceptos y permanecer justos delante de D-os. Uno de ellos: Abraham, fue justo y piadoso delante de EL. Con el cual D-os Todo Poderoso hizo otro pacto para él y su descendencia, El pueblo Judío.
Por lo cual hay dos pactos entre D-os para la humanidad uno para los hijos de Noé y otro para los hijo de Israel.
Los que no somos judios, está el pacto de Noé. O sea, los 7 preceptos. Que podemos llamarnos a nosotros mismos de diferentes maneras: Noájidas, Bnei Noaj o Gentiles Justos. Es la identidad correcta para la humanidad que no pertenece al pueblo judío.
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